jueves, 7 de agosto de 2008


“No hay nada tan excitante, tan sutil, como el momento en que se establece una perfecta armonía entre un cuello y un collar, entre un terciopelo y un trozo de carne desnuda, entre un chal y un mechón de pelo; como la línea de encuentro entre un comienzo del pecho y un escote, entre un brazo y un guante alto. Si los retratos de mujeres tienen una irradiación particular, es porque, como los desnudos –si bien con menos franqueza- proceden de la luz del deseo”


3 comentarios:

María dijo...

La luz que se enciende cuando se contemplan hermosuras, sutilezas, delicadezas, como unos labios sensuales, unos ojos expresivos, o como lo que tú dices, hay tantas cosas bellas y tan seductoras ¿verdad?

Feliz fin de semana, un beso.

horabaixa dijo...

Kaixo Odei,

Tu los has dicho, Deseo.

Cuando aparece es dificil dejar que se escape. Lo malo es que no siempre es compartido.

Musu

AmetS dijo...

aiiii una publicacion diez para mi gusto!!!

Ke kalor por dios! jajajaja

Ojala ese deseo no desaparezca nunca ;)